A estos animales les gusta estar en compañía por lo que, si se decide adquirir uno, conviene ubicarle en la sala de estar o el salón de la casa.
Además, este pájaro puede estar suelto, volando libremente por el hogar. Por último, hay que señalar que el periquito es un ave que se encuentra más cómoda viviendo en pareja y que es capaz de pronunciar algunas palabras.
En el momento de la compra
Cuando se va a comprar un periquito, lo óptimo es adquirir uno joven y fijarse en algunas características de su aspecto con el fin de asegurarse de que se encuentra en buenas condiciones de salud. Uno sano debe tener, en primer lugar, el plumaje liso y sin claros. Además, aunque sea joven, debe ser capaz de realizar vuelos cortos.
Cuando un periquito se deja sacar de su jaula con facilidad o tiene el plumaje ahuecado es que se encuentra enfermo. Asimismo, conviene observar que el plumaje que se encuentra alrededor del ano no esté sucio, así como sus excrementos, que deben ser compactos. En lo que al pico se refiere, se debe observar que éste no tenga grietas y que los orificios se encuentren limpios, de manera que no emita ruidos ásperos al respirar. Por último, conviene comprobar que las patas y garras estén limpias.
Una vez que se haya adquirido un determinado ejemplar, conviene dejar a éste descansar durante las dos semanas posteriores a su llegada a la casa, para que se adapte a las condiciones ambientales de ésta y a la ausencia de sus parientes. Tampoco se recomienda soltar libremente al ave al menos durante este mismo tiempo.
El periquito en el hogar
Estos pájaros son muy longevos, llegando a una media de 15 años de vida. Su alojamiento debe ser adecuado, sin corrientes de aire. Además, la estancia en la que se encuentre el animal debe ser luminosa, aunque no es conveniente la incidencia constante del sol sobre el animal.
En cuanto a la jaula, conviene saber que ésta debe tener una altura similar a la de los ojos del dueño y que debe ser bastante amplia con el fin de que el ave pueda realizar vuelos, aunque sean cortos. Además, es posible dejar que el periquito vuele libremente de forma habitual por el hogar, a excepción de que se tenga otro animal de compañía, sobre todo gatos, capaces de hacer daño al ave. Ello implica que en la estancia en la que se encuentre el animal se encuentren restos de plumaje, de alimento u otro tipo de deshechos, como excrementos. Por ello, hay que extremar la limpieza en estos lugares, con el fin de evitar que, tanto el animal como el dueño, contraigan algún tipo de enfermedad o infección.
El periquito debe recibir una serie de cuidados diarios, como son la higiene de su jaula o vigilar que tenga abundante agua y alimento. Lo mejor es realizar estas tareas a primera hora de la mañana o de la tarde, que son los momentos del día en los que el animal se encuentra más receptivo.
Sobre la alimentación y la reproducción
La dieta del periquito consta de mijo, alpiste, avena y cañamón, este último en pequeñas cantidades. Asimismo, hay que añadir a su alimentación verduras y fruta con el fin de conseguir que se encuentre en buenas condiciones de salud. Del mismo modo, hay que proporcionar al animal arena y calcio, necesario éste último durante la época de reproducción.
Los machos aprenden a hablar con mayor facilidad, mientras que las hembras pronuncian y silban mejor. En el caso de tener dos aves de este tipo, no es necesario que sean una pareja, ya que si se tienen dos machos, éstos no tienen problemas de convivencia, aunque ello hace imposible que aprendan a hablar. Por el contrario, es imposible que dos hembras convivan: desde el momento en el que alcanzan la madurez sexual se enfrentan constantemente entre ellas.
Fuente: mascotasyhogar.com