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domingo, 9 de septiembre de 2012

¿CÓMO DESPIERTO A MI HIJO?

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El sueño es un proceso biológico con diversas fases en el que hay un inicio –dormirse– y un final –despertarse–.
En este proceso intervienen factores como las hormonas, la temperatura corporal o la luz. También puede ser provocado por estímulos externos como las palabras o el tacto que interrumpen, de repente, la fase del sueño en la que nos encontremos.
Cuando despertamos al niño de forma artificial y anticipada, estamos cortando de manera brusca una fase del sueño profundo. Por eso es lógico que un niño tarde en espabilarse, y que se levante cansado, de mal humor o, incluso, sin apetito.

Cuánto necesita dormir 
 Aunque las horas de sueño necesarias dependen de la edad, lo ideal es permitir que el niño se despierte solo o, si lo haces tú, despertarle al final de un ciclo de sueño. Para ello es imprescindible conocer cuánto necesita dormir. Prueba a anotar, durante el fin de semana, el número de horas semanales que duerme de media. Si cuentas hacia atrás las horas que necesita a partir del momento en el que debe despertarse, podremos calcular la hora a la que tiene que irse a la cama para que su despertar se realice de forma espontánea y esté descansado.

Un pequeño ritual 
 ¿Has pensado en convertir el momento de levantarle de la cama en un pequeño ritual? Así, además, favoreces un despertar natural. Despiértale 10 ó 15 minutos antes de la hora para que pueda desperezarse. Hazlo sin brusquedad y utiliza siempre palabras cariñosas, besos y caricias.
Un desayuno completo y pausado será el complemento perfecto para que comience el día renovado, lleno de energía, y rinda más en el colegio.

Autor: Gonzalo Pin Arboledas, pediatra y experto en sueño.

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