LA NAVE ESPACIAL

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Isabel y mario, después de varios días de cortar, pegar y pintar cajas de cartón, han conseguido terminar la nave espacial. Tan sólo falta colocar el último cohete, que es un paquete de deter
gente redondo forrado de papel de aluminio.
-¡Qué bonito está!- dice Isabel pasando la mano por la nave.
-¡Nos ha quedado estupenda! - añade Mario - ¡Venga! ¡Vamos a subir!
Los dos se sientan ante los mandos y aprietan el botón de despegue. por la ventanilla se ven las estrellas y planetas que Isabel ha pintado primorosamente.
De repente la nave empieza a inclinarse hacia un lado y cae estruendosamente. Isabel y Mario ruedan con ella hechos un ovillo.
-¡Pero!...¿Qué pasa? ¿Hemos despegado de verdad?
-¡Si! ¡Pero hacia el suelo! - contesta Isabel frotándose un chichón.
-¡Bueno! ¡No importa! vamos a salir a arreglarla y de paso le ponemos dos cohetes más.
Isabel abre la puerta de la nave, y de pronto una cabeza verde con antenas aparece delante de sus narices.
-¡¡Un marciano!! ¡Socorro1 - grita agarrándose a Mario.
El marciano se quita la cabeza y aparece el papá de Isabel.
-¡Yo sólo quería enseñaros esto! - ¡La he visto en la tienda y pensé que os serviría para jugar a los extraterrestres!

Texto extraído del libro: Cuentos en 1 minuto- Susaeta.