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Había una vez un sultán que hacía matar a sus esposas al día siguiente de la boda.
Un día, Sharazad, la hija de visir, dijo a su padre:
-Yo me casaré con el sultán y...¡detendré este río de sangre!
Y así fue. Todas las noches, la joven reina contaba al sultán un bellisimo cuento que dejaba incompleto y continuaba la noche siguiente. Encantado con los cuentos (y con la inteligencia de su esposa), el sultán se curó de su locura.
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