Marta y Pedro juegan a fabricar pociones mágicas con la ayuda de un viejo libro.
-Aquí pone que hay que echar tinta de calamar- dice Pedro señalando un párrafo del libro:
-Una cáscara de huevo machacada.
-Pondremos tinta china que es más fácil- contesta Marta.
-¡De acuerdo!- dice Pedro- ¡Ahora vamos a repasarlo todo! Un vaso de agua de lluvia...,varios pelos de perro rabioso...
-¡Lo que nos costó enfandar a mi perro!- Dice Marta riéndose.
-Cinco lágrimas de tristeza- continúa Pedro, acordándose de cuando le quitaron el juguete a su hermano pequeño para que llorara.
-Raices de olivo centenario-dice Marta, mirando las aceitunas que flotan en la pócima.
-Arena del desierto- continúa Pedro acordándose de cómo quedó el horno cuando metieron la maceta llena de tierra.
-Y por último...¡Uñas de tigre!- dice marta, imaginando a su madre buscando sus uñas postizas por toda la casa.
-La verdad es que más de la mitad de las cosas no son las que pone en el libro- dice Pedro.
-¡No importa, lo hecho , hecho está- contesta marta-. Y ahora, ¿quién lo probará primero?
Los dos se quedan mirando la poción durante un rato mientras olisquean la mezcla. Pedro se levanta, coge la cazuela y dice bajito:
-¿La tiramos y jugamos al parchís?
-¡Vale! ¡Voy por la fichas!- responde Marta mientra va corriendo a su cuarto.
Texto copiado del libro: "Cuentos en un minuto" - Susaeta.
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