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-¡Esperadme! ¡Esperadme! ¡Voy con vosotros!
Los patitos se detienen y miran con desconfianza al recién llegado.
-¿Y tú, quién eres?- pregunta uno de ellos.
-¿Yo? ¡Yo soy un pato!, ¡bueno...exactamente soy un ratonipato!
-¡Ah¡ ¿Siii? ¿Y dónde están tus plumas y tu pico?- pregunta otro patito.
-¡Oh! ¡No tengo! ¡Nosotros, los ratonipatos, no tenemos ni pico ni plumas! ¡Sin embargo tenemos orejas y rabo!- responde el ratón agitando su colita alegremente-. ¡Y a propósito!...¿Dónde están vuestras orejas y el rabo?
Los patos se miran unos a otros un tanto confusos.
-¡Pues...no tenemos! ¡Es que nosotros...sólo somos patos!
-¡Ah! ¡Qué lástima!- contesta el ratón-. ¡Pues lo siento chicos! ¡Otro día jugaremos juntos!
-¡Espera, por favor!- ruegan los patitos, agitando sus alas-.¿podríamos jugar contigo? ¡No somos ratonipatos como tú, pero nos encantaría llegar a ser amigos tuyos!
-¡Pues...no sé...!- dice el ratón acariciándose los bigotes-.
¡Bueno! ¡De acuerdo! ¡Seamos amigos!
Y todos juntos corren hacia mamá pato, que los espera pacientemente al borde del lago.
Texto copiado del libro: Cuentos en 1 minuto.Susaeta.
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